¿Qué es la alfalfa?
La alfalfa es una planta perenne forrajera y es una de las principales fuentes de alimento para el ganado, especialmente en la producción de leche y carne. ¿Sabes cuáles son los beneficios nutricionales de la alfalfa? Su alto contenido en proteínas, fibra y minerales la convierte en un alimento nutritivo y esencial en la industria agrícola y ganadera.
La producción de alfalfa está experimentando cambios y se enfrenta a importantes desafíos en diversas áreas:
- Clima:
- Sequía
- Temperaturas extremas
Todos estos factores, y el cambio climático en general, han afectado la producción de alfalfa en diferentes regiones, lo que ha llevado a la búsqueda de variedades de alfalfa más resistentes al clima y a la implementación de prácticas agrícolas sostenibles.
- Innovación tecnológica: La adopción de tecnologías de precisión en la agricultura, como la utilización de drones, sensores y sistemas de riego inteligente, ha permitido a los productores de alfalfa optimizar el uso de recursos y mejorar la eficiencia en la producción.
- Biotecnología: La investigación y el desarrollo de variedades genéticamente modificadas (GM) de alfalfa, han llevado a la creación de plantas resistentes a herbicidas y plagas. Sin embargo, también ha generado controversias y preocupaciones sobre el impacto ambiental y la seguridad alimentaria en ciertos países.
- Demanda de exportación: El mercado global de alfalfa ha experimentado un crecimiento constante en la demanda, especialmente en países con una industria ganadera en expansión, como China y los países del Medio Oriente. Esto ha llevado a un aumento en la producción y exportación de alfalfa en países como Estados Unidos, Canadá y Australia.
- Sostenibilidad: Hay un creciente interés en la producción de alfalfa de manera sostenible y respetuosa con el medio ambiente. Las prácticas agrícolas regenerativas, el manejo integrado de plagas y la reducción del uso de fertilizantes químicos son algunas de las iniciativas que se están implementando para lograr una producción de alfalfa más sostenible.
Siguiendo en el fascinante mundo que engloba la alfalfa, está la tendencia al proceso de liofilización, es decir, una forma de alfalfa deshidratada que ha pasado por un proceso llamado criodesecación.
¿Cómo funciona la liofilización?
La liofilización es una técnica de conservación que implica congelar rápidamente el producto y luego eliminar el agua mediante sublimación, evitando la descomposición y preservando los nutrientes y características originales del alimento. La alfalfa liofilizada es importante por varias razones:
- Conservación de nutrientes: La liofilización ayuda a mantener la calidad nutricional de la alfalfa. La alfalfa es rica en proteínas, vitaminas (como la vitamina A, C, E y K), minerales (Calcio, Magnesio, Potasio, Hierro) y fibra dietética. La preservación de estos nutrientes es esencial para el consumo humano y animal.
- Larga vida útil: La alfalfa liofilizada tiene una vida útil prolongada en comparación con la alfalfa fresca o deshidratada por otros métodos. Esto permite almacenar y transportar el producto sin preocuparse por la rápida degradación o pérdida de calidad.
- Facilita el transporte: La liofilización reduce significativamente el peso y el volumen de la alfalfa, lo que facilita su transporte y almacenamiento. Esto es especialmente útil en áreas con limitaciones logísticas o en situaciones de emergencia donde el suministro de alimentos es esencial.
- Versatilidad: La alfalfa liofilizada puede ser utilizada en una amplia variedad de aplicaciones, desde la alimentación de animales de granja, hasta la producción de suplementos alimenticios para humanos. También se puede rehidratar fácilmente al agregar agua, lo que permite su uso en diferentes recetas y preparaciones.
- Sostenibilidad: El proceso de liofilización es más eficiente en cuanto al uso de energía, en comparación con otros métodos de deshidratación, lo que reduce el impacto medioambiental. Además, la alfalfa es una planta que ayuda a fijar Nitrógeno en el suelo y reduce la necesidad de fertilizantes químicos, lo que la convierte en una opción sostenible para la producción agrícola.
La importancia en números
De entre todas las especies forrajeras cultivadas en España, la alfalfa es la que más importancia superficial, productiva y económica posee. El cultivo de la alfalfa, ligado a la transformación como instrumento para distribuir en el tiempo una producción estacional, genera un considerable valor añadido al entorno rural donde se encuentra por el arraigo del binomio cultivo-industria.
Las leguminosas forrajeras (y en especial la alfalfa) contribuyen eficazmente a paliar el déficit de proteína vegetal para alimentación animal de la cabaña española y europea.
Las plantas forrajeras (en concreto alfalfa y veza) aportaron en 2020, según datos del Anuario de Estadística del MAPA, aproximadamente el 0,8% de la Producción Rama Agraria (PRA) y el 1,3% a la Producción Rama Vegetal (PRV) en España. El valor de la producción de alfalfa, ascendió a 348,5 millones de euros para 9,6 millones de toneladas de alfalfa fresca. El valor de la veza forrajera producida en verde, fue de 58,7 millones de euros para una producción de 2,15 millones de toneladas.
En España, la alfalfa sigue siendo la especie mayoritaria. En la campaña 2021/2022, la alfalfa representa aproximadamente el 79% de la superficie contratada para producción industrial, según datos de la Asociación Española de Fabricantes de Alfalfa Deshidratada (AEFA).
El total de la superficie destinada a transformación en dicha campaña fue de 123.671 hectáreas. El 84% de la superficie se cultiva en regadío. Las comunidades autónomas con mayor superficie cultivada con destino a la producción industrial son Aragón (49%), Castilla y León (22%), Cataluña (16%), Castilla-La Mancha (6%) y Navarra (4%).
En cuanto a países exportadores de alfalfa, España es, desde hace años, exportadora neta de forrajes desecados situándose, tras EE.UU., en el segundo puesto a nivel mundial.
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